martes, 31 de diciembre de 2013

Acción antiedad


Ahora que las primeras arrugas, los persistentes lumbagos y las ya más que amigas canas se apoderan de mi cuerpo, es como si todos esos anuncios de productos antiedad estuvieran dirigidos a mí exclusivamente. "Antiedad" es un término universalmente reconocido como positivo, mágico, revolucionario. Qué paradoja, qué falacia, si tenemos en cuenta que contra la edad no hay lucha posible.

La publicidad antiedad nos regala gráficos, dorados degradados, retocados primerísimos planos de hermosas modelos o actrices, la mayoría de las veces bellas y lozanas criaturas. Es la mayor crueldad posible del joven contra el viejo, o mejor, del joven contra la vieja. Triste y sintomático. El hombre viejo domina el mundo, como siempre lo ha hecho y el hombre joven, como venganza, se recrea obsesionando a la mujer vieja con su galopante vejez y su inevitable decrepitud.

A una señora de 60 años igual le quedan dos años que tres, que nueve, que veinte de vida, como a tí. Una señora de 50 años "x" no tiene nada que ver con otra señora de 50 años "y" ni con una de 30 que sale hermosa y retocada en un anuncio. Se ve que de vivir en cuadrículas nos hemos obsesionado con encasillarnos y nadie parece darse cuenta de que no se es fea por ser vieja ni mala ni buena ni lista ni dulce ni perversa, ni se es guapa por ser joven. Los cuentos chinos deberían ser ya cosas del pasado.

Se explotan también otros topicazos, como el de que los hombres viejos son atractivos: esa cana, esa arruga bien puesta, ese cuerpo en forma, ese pedazo de traje de chaqueta que le cubre todo el cuerpo. No señores, no se equivoquen, un cuerpo viejo es un cuerpo viejo, la gravedad, como la grasa, es igual de grave para todos los géneros. ¿Por qué esa obsesión de negar la evidencia, o lo que es peor, lo irreversible? Que un adulto se niegue a envejecer es igual a que un niño se niegue a crecer, la única manera de evitar crecer, o envejecer  es suicidarse. ¿Se van todos ustedes a suicidar? No estaría mal, menos mentes cuadradas en el horizonte. No se preocupen que la muerte nos pondrá a todos en el mismo sitio.

A quien suspire recordando sus ya lejanas carnes turgentes que se consuele pensando que de las jóvenes mentes sale la misma cantidad de basura que de las viejas, líbranos señor de los jovenzuelos que llegarán a gobernarnos algún día, ya de viejos. No dejo de oír insensatez tras insensatez tras insensatez de todo tipo de bocas: grandes, pequeñas, jóvenes, viejas, bellas y asquerosas. Tanto topicazo, tanto apego a la belleza, a la razón, a la verdad, en definitiva, tanta crueldad, da asco. Aunque mira, todo tiene su lado bueno, a mí lidiar con este asco me ayuda a seguir luchando, mientras, crezco.






2 comentarios:

  1. Anti-edad, anti-ageing. El lenguaje publicitario se vuelve cada día más trapacero. ¿Una crema anti-edad? No me jodas, ¿y de qué está hecha, de anti-materia?.

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    1. Anti-edad, anti-gravedad, anti-realidad... Al final, todo inmadurez, irracionalidad y ceguera.

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