Asqueroso

Asqueroso me parece este anuncio. Muchos anuncios dan asco. Por no decir todos. Aunque algunos tengan gracia, sean ingeniosos, originales, innovadores o sugerentes.  El lenguaje que utilizan es orgásmico, machista, clasista y a veces incluso vejatorio. Venden un mundo de sensaciones y placeres engañosos. Mundo paralelo, ficticio, ideal, imposible, inalcanzable, irreal, que será nuestro a través del consumo. Utilizan ternura, malicia, humor, envidia, deseo, belleza, sensualidad, codicia, competitividad, lujo. Pero a mí, lo que me resulta más deprimente es cómo le dan la vuelta a lo que sucede en la calle, la actualidad, la vida real, para buscar un acercamiento, un reconocimiento, algo en lo que los consumidores nos veamos reflejados. Lo agitan todo bien y nos hacen comprar.

No encuentro palabras para describir lo que me parece este anuncio. Las asambleas del 15M, ¡qué fuerte! Dudo mucho que ninguno de los movimientos asamblearios del 15M tuvieran como tema a debatir las tarifas telefónicas. No creo que ninguno de ellos pretendiera favorecer a una multinacional que se enriquece a costa de sus usuarios, a base de crear holdings y grupos de presión. No creo que el bien común, ni que el cambio social dependa para nada de los sms gratuitos. Tampoco creo que Movistar someta sus tarifas a referéndum entre los usuarios. Entonces, ¿a qué coño viene el anuncio? A mí, personalmente, me parece una falta de respeto, un insulto, una burla. Asqueroso.

Sin embargo, estoy segura de que miles de capullos lo verán, sonreirán y comentarán "mira, como en las asambleas tío, qué guai" o "¿te acuerdas Pepe cuando fuimos a ver a nuestro Óscar acampado en la Puerta del Sol?" Y es que, señores, somos idiotas.

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